Elecciones en la CANIEM 2019

Un curioso giro están tomando las cosas en la CANIEM (Cámara Nacional de la Industria Editorial Mexicana). La semana pasada me reuní con Porfirio Romo, quien me manifestó su deseo de encabezar la Cámara cuya presidencia ha estado en los últimos años en manos de Carlos Anaya Rosique. En la CANIEM suelen armarse candidaturas (planillas) por consenso, de manera que, al llegar a las elecciones, prácticamente ya se sabe quién va a ganar. En esta ocasión, después de meses de rumores en torno a la candidatura de Porfirio, y tras la confirmación de su parte de que ha armado una planilla con la que competirá por la presidencia, el día de hoy Juan Arzoz, del Grupo Editorial Santillana, envió una carta abierta manifestando su decisión de postularse también para presidir la Cámara, sin mencionar aún quiénes conformarán su planilla, y expone diez puntos principales, que copio más abajo. Sin duda, las políticas anunciadas por el nuevo gobierno lopezobradorista han hecho sonar las campanas de alarma en toda la industria editorial. Será interesante ver qué giro van tomando las cosas y habrá que participar de manera muy activa en los inminentes debates que habrán de ocurrir en las próximas semanas, pues las elecciones son en marzo. Tradicionalmente, la CANIEM ha representado fundamentalmente los intereses de un pequeño sector de la industria, pero sus acciones afectan a toda la cadena del libro, incluyendo las editoriales independientes que han tenido que buscar otras maneras de hacer valer sus intereses. Un sector importante dentro de la Cámara lo constituyen los editores dedicados a los libros de texto, pues es allí donde se dirimen probablemente los mayores intereses económicos del sector. Será importante bregar porque en la Cámara prevalezca la democracia y salga adelante un proyecto que sepa representar en esta coyuntura a todos los editores, grandes, medianos y pequeños, independientemente de su especialidad (libros de texto, libros de literatura en general, revistas, literatura infantil y juvenil, etc.). Por ahora, habrá que contrastar los programas de las planillas encabezadas por Porfirio Romo por un lado y por Juan Arzoz por el otro, y aportar nuestras ideas para que, quienquiera que presida la CANIEM, nos represente a todos.

10 puntos principales que plantea Juan Arzoz:

1. Recuperar el papel de la CANIEM como referente a nivel nacional frente a todas las políticas públicas que afecten los distintos sectores de la producción editorial: interés general, infantil y juvenil, revistas, académico, de texto, etcétera. Esto implica retomar nuestro liderazgo ante las autoridades correspondientes en cada caso para enfrentar desafíos que el cambio de gobierno supone para la industria cultural y educativa.

2. Es prioritario emprender, impulsar y fortalecer acciones en proyectos de contenido jurídico. a. Institucionalización del programa de libros de texto gratuitos para los estudiantes de las escuelas secundarias públicas. b. Aprobación de estímulos fiscales a la producción editorial, al fomento a las exportaciones y al fomento a la lectura, así como igualar las condiciones de las librerías a las de los editores bajo el mismo régimen de tasa cero de IVA. c. Ajustar a los tiempos que corren la Ley de Fomento para la Lectura y el Libro, pasando las reformas pendientes desde hace años, tanto en el aspecto de la vigencia del precio y su cobertura universal, como en la inclusión del libro electrónico y las sanciones correspondientes en caso de violación.

3. Crear programas eficientes de fomento a la lectura, con la participación de todos los editores, así como una participación significativa de éstos en las ferias correspondientes.

4. Elaborar una propuesta a la SEP sobre modelos educativos del siglo XXI que incorporen el bilingüismo y la tecnología como ejes de innovación importantes.

5. Convertir a la CANIEM en la oficina de ISBN como en otros países, para que administre las bases de datos correspondientes y agilice los procesos de asignación.

6. Renegociar el acuerdo de distribución y envío de los libros que se firmó en los primeros meses de 2008, para lograr nuevas condiciones más ventajosas, retomar su espíritu incluyente y lograr así una más eficiente distribución de todos los libros.

7. Construir y desarrollar la relación de la CANIEM con representantes de la sociedad civil e industrial vinculados al sector editorial (Cámara de las Artes Gráficas y Cámara de la Celulosa y Papel)) así como instituciones referentes de la educación a nivel internacional (OCDE, OEI, UNESCO, entre otras).

8. Crear una escuela de libreros profesionales, de acuerdo con los estándares internacionales más exitosos, para contribuir a la profesionalización cultural y técnica del sector.

9. Crear mecanismos de distribución nacional también inspirados y adaptados a partir de las mejores experiencias a las que pueda tener acceso. El Estado se ha retraído y al parecer renunciará a formar parte de una red de distribución para los libros de la industria privada, pequeña o grande, independiente, grupal, nacional o multinacional. Queda pues, en las manos de la industria privada el diseño y la puesta en operación de una distribución eficiente, profesional y de bajo costo capaz de poner cualquier libro en cualquier punto de venta en un plazo razonablemente breve.

10. Crear un organismo que financie la apertura, ampliación, surtido, desarrollo técnico y profesionalización de librerías con financiamiento de las propias editoriales, para dotarlo de independencia, con el propósito de lograr el crecimiento de la red de distribución del libro, con las consecuentes implicaciones de fomento efectivo a la lectura.