Regresamos Noemí, Nimue y yo arrastrando la cobija de un intenso martes lleno de actividades. Yo estuve en la CANIEM, primero en la sesión del Comité de libros de interés general, en la que hubo dos interesantes exposiciones de proveedores de servicios, y luego en la reunión del grupo “Trabajadores de la Edición”, en la que leímos la “Declaración de principios” de la agrupación, redactada por Miguel Angel Guzmán, donde hacemos un somero diagnóstico del medio editorial, abordamos su importancia, hablamos de los orígenes de la organización y desglosamos la misión, la visión, los valores, los principales objetivos y la meta final. También circulamos los tabuladores mínimos y máximos por servicios editoriales profesionales, elaborados por Versal, basados en un sondeo periódico del medio, y definimos la fecha de nuestra fiesta pozolera a principios de agosto en las instalaciones de Ediciones del Ermitaño. Mientras, Noemí y Nimue estuvieron en la presentación del nuevo libro de Socorro Venegas, a la que también yo tenía previsto asistir, pero a la que ya no alcancé a llegar más que a recoger a mis dos mujeres que estaban muertas de hambre, al igual que yo, pues no habíamos más que medio desayunado. Pero salieron muy contentas porque la presentación estuvo a todo dar, llena y con la presencia de muchos amigos. Ahora, a descansar, que mañana pinta también movido.