El tamaño del desastre editorial

Si bien no hay cifras precisas, ayer la CANIEM habló del tamaño del desastre. Indicó que los ingresos mensuales de las editoriales cayeron 22% y que hubo muchos despidos por lo que se han registrado un 36% menos de empleos. Por su parte, las librerías declararon 32% menos de ingresos (suponemos que serán algunas de las medianas y grandes, puesto que las independientes, de barrio, registran ingresos muy menores). Las dimensiones del desastre para toda la cadena del libro serán mucho mayores si volvemos al semáforo rojo (que es más que probable) y si la emergencia continúa por varios meses más. Esta crisis ha incrementado desproporcionadamente la que ya veníamos arrastrando desde inicios de este sexenio. No se vislumbra que vayamos a contar con apoyo alguno por parte del gobierno dado que sus prioridades son otras. Mientras Hacienda rechaza la tasa cero para librerías, no queda claro si habrá consenso para ampliar a 36 meses el precio único del libro. En suma, el ecosistema del libro en México está naufragando en tierras heladas plagadas de tiburones. Mientras, en otros países —particularmente España— la industria del libro ha gozado de apoyos millonarios. Eso me hace suponer que, cuando volvamos a la “normalidad”, nuestra industria del libro estará severamente dañada, el ecosistema librero destrozado mientras la industria editorial española gozará de razonable salud y buscará invadir los mercados latinoamericanos. Una verdadera desgracia.