Interesante la entrevista que hace Sabina Berman a Paco Ignacio Taibo II, que está al frente del Fondo de Cultura Económica, y que aquí les comparto. Evidentemente Paco no es monedita de oro, ni quiere serlo. Es un personaje polémico que no se anda por las ramas. Creo que su proyecto puede ser interesante, si bien no lo ha sabido comunicar. Algunos aspectos que toca son incuestionables. En efecto, el FCE ha publicado mucha basura derivada de sus compromisos políticos con los presidentes y altos funcionarios en turno, así como de las determinaciones de sus directores. Pero cuenta con un acervo valiosísimo. Sin embargo, una cosa es el acervo, otra los tirajes que se han hecho de los libros. Al inicio menciona Paco un libro de Kant en edición bilingüe. Kant es sin duda un clásico imprescindible, y una edición bilingüe una joya. Pero, ¿cuántos lectores habrá para esa edición en particular? Allí es donde la puerca tuerce el rabo. Infinidad de libros podrían y deberían producirse en tirajes cortos pues van orientados a públicos reducidos. Para esto hay que entender que la tecnología permite producir los libros en tirajes variables sucesivos, de manera que ningún libro necesita estar jamás “agotado”. Sin embargo, la ecuación según la cual a mayor tiraje menor costo unitario de producción y por tanto menor precio de venta al público sigue vigente. Un libro producido en un tiraje de 100 ejemplares tendrá un costo al público muy superior que el mismo producido en 10,000 ejemplares, siempre y cuando el tiraje se justifique y no acabes con 9900 ejemplares en tus bodegas, en cuyo caso el costo unitario de esos 10,000 ejemplares acabará siendo infinitamente superior que los 100 del tiro corto. Y allí es donde suelen cometerse gravísimos errores de cálculo. Si las bodegas de una editorial están llenas de libros que no circulan, es porque se han cometido errores garrafales: mal cálculo de lectores interesados en comprarlo, mala distribución, pésimo marketing. Lo que plantea Paco en ese terreno no está mal. Es más: es lo que se necesita hacer. Las bodegas del FCE así como las de la UNAM deben vaciarse, y los libros deben circular. Además, hay que cambiar de paradigmas: publicar en tirajes grandes sólo los libros que lo justifiquen, producir en tiros cortos los libros que cuentan con menor público considerando que se puede brincar fácilmente de un tiro corto a uno largo si las condiciones lo ameritan. El cómo hacerlo y la política a futuro es donde algunos discrepamos (aclarando que es poco lo que sabemos porque no ha habido una buena comunicación por parte de Paco y de su equipo). Lo que algunos planteamos (y mis opiniones las he hecho públicas y se encuentran fácilmente en mi blog) es que es necesario contar con la participación de la industria editorial a la que hay que involucrar activamente, así como con los libreros (los pocos que quedan más los muchos que hay que generar). Este primer año de gobierno será, sin duda, muy interesante, lleno de polémicas y altibajos. Hay cosas que aplaudir y otras que nos dejan entre perplejos, molestos o francamente encabronados. Pero mientras estén abiertas las puertas del diálogo, habrá que seguirlas tocando. Es grande la importancia que el FCE y EDUCAL tienen en nuestro país, y esperemos que sepan contribuir a fortalecer el libro y la lectura en colaboración con la industria editorial y no compitiendo con ella.