Hoy falleció nuestro amigo querido, el poeta, narrador y crítico Saúl Ibargoyen, un hombre íntegro, combativo, de gran corazón y autor de Ediciones del Ermitaño. Lo conocí hace muchísimos años, y la vida nos fue llevando por caminos de convergencia hasta convertirse en parte de nuestra familia ermitaña. Así nació la colección que iniciamos años atrás y que lleva su nombre: la Biblioteca Saúl Ibargoyen que ya cuenta con once volúmenes. Algunos proyectos se quedaron en el tintero. Otros están en proceso. Nos deja un legado actual pues hombre universal como fue, encontró en el lenguaje su patria, la que nos es común a todos. Nos deja un enorme vacío y, a la vez, un riquísimo contenido lleno de piedad, amor y, sobre todo, de esperanza. Descansa en paz, querido y entrañable amigo.