Nota de Alejandro Zenker publicada en el periódico Reforma con motivo
de la décima encuesta anual sobre consumo cultural y de medios
Reforma, Abril 2004
Al inicio de la revolución tecnológica impulsada por la aparición de las computadoras personales y de Internet, muchos no imaginaban su capacidad de diseminación y popularización en el corto tiempo, mientras que otros, viendo más la amenaza que la oportunidad, negaban su importancia y trascendencia. La décima encuesta anual sobre consumo cultural y de medios de REFORMA pone de manifiesto tendencias que no dejan de sorprender (y de confirmar suposiciones previas) y que perfilan lo que se nos avecina.
Hay un crecimiento significativo en el uso de la computadora y de Internet. En unos años, los hombres usuarios de computadoras mayores de 50 años que usan Internet pasaron de 33 a 80%. Eso significa que se convierten en promotores de su uso, lo que inducirá a que las jóvenes generaciones, ya de por sí más proclives al uso de las nuevas tecnologías, se adentren en éstas con mayor facilidad y apoyo. Es notable, en materia de género, que las mujeres han avanzado porcentualmente a la par que los hombres en el uso de la computadora y de Internet en sólo cuatro años, con lo que nos acercamos a una universalización del aprovechamiento e intercesión a favor de las nuevas tecnologías. Si bien en materia de escolaridad, a mayor nivel mayor uso de computadoras, la diferencia porcentual en el uso de Internet entre los usuarios de computadoras no es tan significativa. Otro elemento destacable es, en este contexto, el tiempo de uso diario de la computadora: 3 horas y 15 minutos, y el de navegación por Internet: 1 hora 47 minutos. Probablemente el uso de la computadora y de Internet como espacio de esparcimiento está desplazando lentamente a la televisión entre los usuarios de estas tecnologías. Un porcentaje elevado manifiesta usar preponderantemente Internet para consultar información (82%) y un nada desdeñable 34% para chatear “con algún desconocido”. Este fenómeno, el del establecimiento de relaciones sociales a través de Internet, es el que cada vez cobra mayor auge. Las páginas dedicadas a enlazar personas (búsqueda de pareja) son las que mayor crecimiento están registrando, incluso por encima de las que son de contenido sexual. Finalmente, cabe destacar que 59% de los usuarios de computadora tiene correo electrónico.
Todo esto nos permite suponer, más allá de las cifras estadísticas, un cambio cualitativo en importantes segmentos de la población (sin soslayar aquellos amplios y mayoritarios sectores totalmente marginados de este proceso). Se trata, en este caso, de una investigación realizada en el DF y área conurbada. Sin embargo, la tendencia es a la baja en el precio de los equipos, a la aparición de opciones cada vez más económicas de enlace a Internet, al ofrecimiento de facilidades para la adquisición de equipos y conexión a la red. Los impedimentos por falta de cableado telefónico desaparecerán conforme se amplíen las coberturas inalámbricas satelitales de Internet (similar a lo que ocurre con la telefonía digital).
Si consideramos que las cifras que nos arroja esta encuesta se refieren a un periodo histórico muy breve, podemos imaginar que los cambios que las nuevas tecnologías nos deparan en los próximos 10 años serán sustantivos dado que se vislumbran avances tecnológicos notables que harán su uso más fácil, accesible e imprescindible, y que alcanzarán a mayores segmentos de la población, incluso en áreas rurales hoy alejadas de estos fenómenos. Falta sin duda mucha labor educativa y un mayor esfuerzo por difundir las nuevas tecnologías y hacerlas más accesibles a quienes tienen escasos recursos económicos. Estamos lejos, muy lejos, de lograr que a la revolución tecnológica le siga una revolución cultural y económica en toda la población, tanto urbana como rural, tan necesaria en un país como el nuestro. Pero las tendencias son alentadoras.
Por lo pronto, es evidente que estos avances no sólo tienen repercusiones en la forma de hacer las cosas y de acceder a la información. También amplían enormemente el horizonte informativo y cultural, rompen barreras y ayudan a crear una nueva conciencia universal. Con la computadora e Internet, el usuario va en pos de la información, la analiza y la procesa. Rompe así el paradigma de asimilación pasiva de estímulos visuales y auditivos unilaterales de la televisión, propicios para la manipulación política y cultural. Nos acerca, por tanto, a una sociedad más abierta, crítica y democrática.