Este rostro quizás no te dice nada, pero está lleno de historia. En él se reflejan no sólo infinidad de libros, sino también plegaderas, cosedoras, guillotinas y cizallas, papel y cartulina, keratol y telas. En su rostro adusto están impregnados pegamentos que llamábamos cola blanca y cola negra. También el oro quemado en las pastas… Continuar leyendo