Regresamos Xiluén y yo de la ceremonia de entrega del Premio Primera Novela, organizado por la Presidencia de la República con el patrocinio de Amazon. Se celebró en los espacios del maravilloso Castillo de Chapultepec, a donde acudimos con todas las medidas de precaución propias de esta época pandémica. Compitieron, si mal no recuerdo, 48 novelas de 43 sellos editoriales. Como llegamos con bastante anticipación, tuvimos oportunidad de conversar con colegas y amigos del medio. Nos dio enorme gusto hablar presencialmente con Claudia Bautista y Edgar Tapia, presidenta y secretario, respectivamente, de la Red de Librerías Independientes (RELI), a la que pertenecemos. Por supuesto pudimos platicar un buen rato sobre diversos proyectos con Eduardo Villegas, coordinador de la Estrategia Nacional de Lectura. También conversamos, entre muchos otros, con Quetzalli de la Concha, de Compro, Juan Arzoz, presidente de la CANIEM y Diego Echeverría, que preside el Comité de Nuevas Tecnologías de la Cámara, con quienes conformamos el grupo de interlocución en torno a la nueva Ley General de Bibliotecas. Fue una buena oportunidad para reafirmar compromisos y proyectos y para esbozar algunos nuevos en torno a nuestra plataforma Librántida de distribución bajo demanda. Pero, ¡un momento! No se trataba de reseñar una jornada de relaciones profesionales sino de hablar del premio. El caso es que hubo cuatro finalistas y… una ganadora: Karina Sosa, por su novela Caballo fantasma. Las cuatro novelas las tengo en mis manos, de manera que estaremos devorándolas en los próximos días. Supongo que circularán fundamentalmente por Amazon. Quizás, más adelante, por la Red de Librerías Independientes. Ya les estaremos avisando. Mientras, ¡no dejen de ir al Castillo de Chapultepec! Es un espacio espléndido con una vista maravillosa hacia una parte de la Ciudad de México, desde donde puedes imaginar muchos episodios de la historia de este país que habitamos.