Hoy realizamos la primera reunión entre la Liga de Editoriales Independientes (LEI) y la Asociación de Editores de Chile con la participación de más de 20 editores de ambos países. Ya desde tiempo atrás nos propusimos en la LEI establecer vínculos de colaboración con editores en otras latitudes. De tal suerte, este fue el primer encuentro internacional que concretamos en colaboración con nuestro colega Máximo Saez, de Chile. Y es que, ya instalados en la virtualidad pandémica, la región geográfica en la que nos encontremos es lo de menos. Lo más importante es el deseo de trabajar en mancuerna en beneficio de nuestras asociaciones, de nuestros autores, de nuestras editoriales y de nuestros lectores. Para esto es interesante saber que en México ya circulan más de 500 títulos de editoriales chilenas en las principales librerías del país a través del modelo de distribución bajo demanda y que, pronto, libros mexicanos estarán disponibles en Chile bajo el mismo esquema. Eso abre muchas oportunidades y necesidades muy concretas. La coyuntura nos hace, además, querer saber qué se hace en materia de políticas públicas en torno al libro y la lectura en cada uno de los países. El caso es que esbozamos líneas de colaboración y de trabajo que, creemos, será de beneficio mutuo. También nos propusimos impulsar esfuerzos de vinculación, en el mismo sentido, con colegas de otros países latinoamericanos. En fin, que fue una reunión grata entre colegas y amigos distantes geográficamente, pero muy cercanos en pasiones, intereses e intenciones.