Hoy, el binomio de Solar y Ermitaño cumple 36 años de existencia. Llegamos a este aniversario en medio de la pandemia con no pocos éxitos. Hemos logrado crear un ecosistema integral que consta de Solar, como entidad de producción; de Ediciones del Ermitaño, como división editorial; de Librería del Ermitaño, como proyecto de vinculación con los lectores; de Librántida, como entidad dedicada a la exploración y desarrollo tecnológico con la distribución bajo demanda como punta de lanza y, finalmente, de Bibliolatría, como proyecto derivado de Librántida para promover la creación de librerías y dotar a libreros de una solución completa de comercio electrónico precargado con miles de títulos.
Desde sus inicios, forjamos un proyecto innovador, de vanguardia. Nos tocó incorporar creativamente las nuevas tecnologías a una industria editorial reacia al cambio. No sólo incorporamos desde su surgimiento las computadoras personales y los programas de diseño en los años ochenta del siglo pasado, sino que también armamos y comercializamos, durante un tiempo, nuestros propios equipos de cómputo en función de nuestras necesidades y las de nuestros colegas. Fuimos pioneros en impresión digital cuando introdujimos las primeras impresoras en negro y a color de Xerox en 1994, y creamos todo un flujo de trabajo que incluyó los acabados (encuadernación). Ser pioneros significó asumir una compleja labor de “evangelización” en torno a las nuevas tecnologías y su enorme potencial. Parte de esta saga fue la creación del Pabellón Tecnológico en la FIL de Guadalajara con una histórica alianza de Solar/Ermitaño con Heidelberg, Apple y Adobe.
Las nuevas tecnologías aplicadas al mundo del libro traían en su ADN la idea del rompimiento de las fronteras, la internacionalización de los procesos de producción y comercialización. De allí que impulsáramos y formáramos parte de diversos proyectos independientes y en colaboración. Finalmente, con Librántida, un proyecto de desarrollo tecnológico totalmente independiente y nacional, nos decantamos por el desarrollo principalmente del mercado mexicano sin descuidar las perspectivas internacionales. Hoy, en medio de la pandemia, con una cantidad decreciente de librerías en el país, con una industria editorial golpeada como nunca antes, estamos empeñados en contribuir a cambiar paradigmas y dispuestos a trabajar duro para reconstruir el ecosistema del libro y la lectura en México.
Nuestra empresa constituye, también, un emprendimiento cultural. Aquí, en Solar/Ermitaño, miles de personas se han dado cita para conocer cómo se hacen los libros. Hemos impartido infinidad de cursos en materia de las artes y los oficios del libro. Hemos sido sede de incontables actividades, entre presentaciones, encuentros académicos y profesionales, obras musicales y de teatro, cursos de capacitación profesional, etc. Recibimos infinidad de grupos desde edad preescolar hasta posgrados. También hemos participado en la organización de muchísimas actividades con otras entidades, tanto académicas, como culturales y gubernamentales. Extrañamos ese contacto humano cotidiano interrumpido por la pandemia.
36 años se dicen fácil, pero constituyen ya más de la mitad de mi vida dedicada a estos proyectos. Hoy, mi hija no solo me acompaña, sino que lidera buena parte del proyecto que, de esa manera, está ya en manos de una nueva generación. Su entusiasmo, su visión, su firme determinación nos están llevando por nuevos senderos pese a las circunstancias tan adversas que estamos viviendo. Ella está haciendo, literalmente, de la crisis una oportunidad.
En esta ocasión no podremos festejar con uno de esos míticos reventones solariegos y ermitaños que tanto han disfrutado nuestros colegas y amigos. Ya vendrán nuevos tiempos en que los retomaremos. Por lo pronto, brindo por todos los que nos han acompañado en esta larga y grata aventura, por la industria editorial y por el ecosistema del libro y la lectura. ¡Larga vida a Solar y a Ediciones del Ermitaño!