Convocatoria
Invitamos a disertar sobre libro y lectura en época pandémica.Si bien ya con el arranque del nuevo gobierno y sus polémicas medidas, que retiraron prácticamente todo apoyo al sector cultural y, por lo tanto, al editorial y librero, tuvimos para repensar el ecosistema del libro y la lectura en México, ahora, con la pandemia del COVID-19, las cosas se han vuelto aún más complicadas. Muchas editoriales y librerías han tenido ya que cerrar o están a punto de hacerlo. Ante la imposibilidad de continuar con las actividades presenciales normales, las ventas se han derrumbado mientras tratamos de imaginar un mundo virtual. Un mundo que, por cierto, ya habíamos comenzado a imaginar con el surgimiento del libro electrónico, pero cuya transformación se detuvo ante la terca prevalencia del libro impreso en el imaginario de los lectores. Después de más de medio año sujetos a la lógica del mortífero coronavirus, y ante un panorama lleno de incertidumbre ante la lentitud para encontrar vacunas y medicamentos contra el flagelo, nos vemos obligados a repensar nuestra realidad. A esta reflexión invita el nuevo número de 𝒬𝓊𝑒𝒽𝒶𝒸𝑒𝓇 𝑒𝒹𝒾𝓉𝑜𝓇𝒾𝒶𝓁, revista de y para los profesionales del libro y la lectura. El siguiente número de nuestra revista invita a los integrantes de la cadena del libro y la lectura a sumarse a este esfuerzo y a enviar ensayos con una extensión de entre 8 y 24 cuartillas. Cierre de la edición: 30 de octubre de 2020. Favor de enviar sus propuestas a alejandro.zenker@solareditores.com. Aquí algunas de las interrogantes que flotan en el aire:
¿Hay futuro para el libro impreso ante la pandemia que dificulta el acercamiento a las personas y los objetos? ¿Subsistirán las librerías a las que uno podía acudir a hojear los libros, a dejarse guiar por los libreros? ¿Estamos condenados a ordenar libros a través de librerías virtuales, a no tener contacto hasta que nos llegue el ejemplar que ordenamos? ¿Qué se necesita para fomentar la lectura en un país pandémico? ¿Bibliodiversidad virtual? ¿Libros gratuitos o económicos, como lo plantea el nuevo gobierno en México? Se calcula que hasta el año 2010 se habían producido alrededor de 150 millones de títulos a lo largo de la historia de la humanidad. De entonces a la fecha, el corpus bibliográfico ha aumentado exponencialmente. Ante una población que lee menos de tres libros en promedio al año, ¿qué tan importante es propiciar la bibliodiversidad? ¿Cómo fomentar la lectura ante el auge de otras opciones para apropiarse de contenidos? ¿Cuál es la ecuación correcta entre educación, alfabetización y creación de hábitos de lectura en el sistema educativo? ¿Cómo determinar el corpus de los libros promovidos para lectura masiva a precios bajos sin manipular ideológicamente a la población? ¿Cuál es el papel del Estado en la promoción de la lectura? ¿Cuál el papel de la industria editorial? ¿Cómo propiciar un ecosistema diverso y amplio de distribución y venta de libros? ¿Cómo incentivar la creación de más librerías en todos los rincones del país y no solo en las grandes urbes? ¿Debe el Estado seguir siendo editor y distribuidor y competir, o incluso desplazar, a la industria editorial privada? ¿Pueden coexistir Estado-industria privada sin colisionar intereses? ¿O debe el Estado abstenerse de realizar una actividad editorial propia y apoyar más bien los esfuerzos de la industria editorial privada? ¿Cómo generar una industria editorial fuerte, diversa y socialmente comprometida? ¿Es importante fortalecer una industria editorial nacional frente a la creciente concentración de capitales en pocas entidades editoras transnacionales que fomentan la bestsellerización del mercado? En esta época pandémica, ¿cuál es el papel de las bibliotecas? ¿Cuál el de las ferias del libro? ¿Podrán seguir siendo las ferias presenciales o están condenadas a ser virtuales o una combinación de ambos elementos? ¿Deben las ferias del libro seguir siendo plataformas de ventas directas de las editoriales en detrimento del canal fundamental, las librerías? ¿Qué podría hacer el Estado para incentivar la creación de librerías y mercados itinerantes (mercados sobre ruedas) en todo el país? ¿Podrá darse un resurgimiento de las librerías independientes, de barrio, como entidades fundamentales de gestión cultural y recomposición del tejido social? ¿Cómo promover la lectura? ¿Basta hacer accesibles los libros virtualmente o se necesita una actividad de promoción presencial? ¿Cómo crear un ejército virtual de promotores de la lectura? ¿A través de las redes sociales, de nuevas tecnologías? ¿Cómo atender las necesidades del libro y la lectura en un país multiétnico, plurilingüe, de grandes contrastes socioeconómicos? ¿Cómo garantizar y fomentar la equidad de género, la tolerancia, la inclusión en la política editorial? ¿Pueden, en esta época pandémica, ser el libro electrónico y el libro impreso bajo demanda herramientas de promoción de la lectura y de la bibliodiversidad? ¿Qué modelos tecnológicos podrían desarrollarse para fomentar la bibliodiversidad y lectura? ¿Deberían estos desarrollarse y potenciarse como política de Estado o deberían pertenecer al ámbito de la sociedad civil? ¿Cómo promover la participación de todas las entidades socioeconómicas, educativas y culturales públicas y privadas en la promoción de la lectura? ¿Puede y debe la ciencia desempeñar un papel preponderante en este nuevo escenario? ¿Seguirá siendo la lectura de textos la forma fundamental de apropiación de conocimiento o será desplazada por otras formas de transmisión de contenidos? (Sumaremos interrogantes sobre la marcha; bienvenidas las de nuestros lectores y colaboradores).
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