Mis viejos LP conectados a Sonos o la alternancia entre la música digital y la analógica…

Hoy llegó nuestro nuevo tocadiscos con el que podremos revivir nuestra vieja colección de LPs que teníamos recluida en el ático de la casa. No dudo que entre nuestros amigos en las redes haya quienes no conocieron los acetatos con los que escuchábamos música en el siglo pasado. Sin duda les costará trabajo entender para qué querría uno escuchar música usando un aparato desproporcionadamente grande y estorboso para tocar unos discos también enormes que contienen relativamente poca música que es además analógica cuando hoy tenemos acceso a millones de pistas musicales de gran fidelidad a través de servicios como Spotify, Apple Music, Google Play o Amazon Music entre muchos otros. Bueno, la nostalgia es un factor determinante. Tocar estos discos, sentir su cubierta, sacarlos con cuidado para no sostenerlos más que del borde y del centro y evitar que tus dedos mancillen la superficie del acetato tenía su encanto, como lo tienen los libros impresos cuyas características físicas contribuyen sin duda al placer de la lectura. Confieso que lo que me indujo finalmente a comprar la tornamesa fue su bajo precio (apenas poco más de mil pesos a doce meses sin intereses) y descubrir que podía conectarla a mi equipo Sonos, que tiene un sonido de excepcional calidad. Hoy le tocó el honor de inaugurar la experiencia al disco “Honky Tonk Women” de los Rolling Stones, producido por Peerless en México y, luego, al disco “Herbstreise, Lieder sur Lage”, del grupo alemán de izquierda de los años setenta, Schmetterlinge. Nuestra discografía es amplia. Música clásica, jazz, blues, rock, música folclórica, música mexicana. Tengo discos por supuesto de 33 rpm, pero también de 45 rpm y algunos de 78 rpm que escuchaban mis padres que tuvieron un equipo que no sólo reproducía, sino que también era capaz de grabar acetatos. En una de esas encuentro un disco que grabó mi padre narrando un cuento para niños de su autoría allá por los años cincuenta. En fin, que estoy no sé si como niño con juguete nuevo, o como anciano con un trozo de pasado que me trae muchos y muy gratos recuerdos.