Hoy se celebró una reunión de vecinos en la Librería del Ermitaño con motivo de la creciente inseguridad en nuestra colonia San Pedro de los Pinos en general y en nuestra calle en particular. Y es que a lo largo de este año los amigos de lo ajeno posaron su mirada sobre nuestra otrora tranquila colonia. Afortunadamente contamos con vecinos muy activos que han sido capaces de convocar a la comunidad para defender los intereses colectivos. Meses atrás colocamos mantas en toda la colonia con la intención de advertir a los invasores de que están atacando una colonia que está alerta. Sin embargo, han seguido haciendo de las suyas. Asaltan transeúntes, roban carros, hasta han entrado a las casas estando los inquilinos presentes.
¿Qué hacer ante esta situación? Contamos con varios chats de emergencia en WhatsApp y tenemos vecinos muy activos que responden rápida y solidariamente y que alertan a la policía. Pero ni así se ha frenado esta ola de violencia que, por lo que sabemos, está asolando toda la Ciudad de México. Hoy hablamos de usar silbatos de emergencia y de crear zonas de resguardo hacia donde las víctimas puedan correr para encontrarse con vecinos solidarios. Algunos han ofrecido incluso acompañar a las mujeres de la estación de Metro o autobús hasta sus casas si llegan tarde. Nosotros, como Librería del Ermitaño y espacio cultural, ofrecimos nuestro apoyo. Estamos ideando un boletín informativo impreso y electrónico así como la creación de una página web con información permanente para casos de emergencia y ayuda para los vecinos. Es vital generar conciencia colectiva entre los habitantes de la colonia, así como actitud cívica para denunciar sistemáticamente a los ladrones para evitar que salgan libres tras pocas horas o si acaso días de haber sido remitidos a la delegación. Tremenda es la tarea que tenemos frente a nosotros, pero nada que la unión de los sampedreños no pueda resolver. Iniciativas como la de hoy son sin duda el germen de la solución: unir a los vecinos ya no sólo en colonias, sino incluso en espacios más reducidos, como una calle o una cuadra, donde todos nos podemos conocer en persona y acudir con rapidez para brindar la ayuda solidaria necesaria. En esas andamos.