Para sobrevivir hoy en día, una librería se tiene que reinventar periódicamente. Eso nos ha quedado claro desde que inauguramos la Librería del Ermitaño. Desde hace unos meses, forzados por la aplastante lógica de los números, nos hemos planteado infinidad de escenarios, pues nuestra librería, como muchas otras, sufre un creciente déficit. Lo más fácil sería cerrar. Pero somos tercos. Ideas sobran, pero faltan recursos. Así que hoy, con motivo de la incorporación de Roberto Flores al equipo de la Librería del Ermitaño, repasamos las ideas.
Desde un principio supimos que como librería independiente de barrio dedicada al 100% a la venta exclusiva de libros no la íbamos a hacer. Incorporamos por tanto el servicio de cafetería. Para atraer al público realizamos infinidad de actividades culturales. Pero ni venta de libros y de café alcanzaron al final para cubrir los costos de operación.
Al barajar posibilidades, todas requerían de mayores inversiones que no estábamos en condiciones de hacer. De tal suerte, decidimos hacer un nuevo esfuerzo y convertir la librería en un espacio que provea al pequeño consumidor, además de libros, de toda la gama de servicios que de manera conjunta ofrecemos: impresión, encuadernación artesanal e impresión en gran formato (plotter). Es decir ahora podrás solicitar en la librería que te encuadernemos libros en tela, media piel o piel entera, entre otros materiales, a los que les tengas particular aprecio o que se hayan deteriorado por el uso. También la impresión de libros, tesis, manuales o carteles. Incorporaremos artículos de particular interés para esas comunidades especializadas cercanas a nosotros, como los editores, los encuadernadores y los amantes de las artes y los oficios del libro en general. Y fortaleceremos nuestra oferta de cursos y talleres.
Claro, la mejor manera de rescatar el proyecto sería convenciendo a una creciente comunidad de que acudir a nuestra librería es una buena opción para hacer efectiva la solidaridad de quienes aún creen en el libro impreso y en la necesidad de mantener vivos estos espacios en vías de extinción. En otros países son muchas las iniciativas en marcha para rescatar y fortalecer las librerías independientes. Desde la creación de asociaciones que impulsan acciones concertadas para fortalecerse como sector alternativo, hasta los apoyos gubernamentales directos o en forma de incentivos o préstamos para evitar la desaparición de esos espacios vitales para la vida cultural diversa de los barrios.
Pero aquí en México no se vislumbra nada en ese horizonte. Ahora que vino Txetxu Barandiarán acordamos buscar mecanismos que hermanen los esfuerzos que realizan los libreros independientes de España, con lo que estamos intentando hacer en México. Por lo pronto, aquí estamos trabajando con entusiasmo y a paso redoblado para inventar, una vez más, nuestra querida Librería del Ermitaño. Toda ayuda es bienvenida, de manera que, si quieres apoyar con ideas, trabajo o recursos, aquí te estamos esperando.