Hoy, Solar, acompañado de Ediciones del Ermitaño y ahora de la Librería del Ermitaño, cumple 33 años. ¡Treinta y tres! A estas alturas, más de la mitad de mi vida la he dedicado a estos proyectos. Si bien Ermitaño surgió en 1984, hemos tomado como referente la fecha de creación de Solar, que nació un 11 de julio de 1985 pues, años después, fusioné los proyectos. Desde un inicio la idea era brindar servicios editoriales integrales, cuyo pilar era el cuidado editorial. Nos fuimos especializando en la producción de libros de gran complejidad tipográfica (economía, matemáticas, lingüística, etc.). Pronto nos encontramos diseñando o modificando fuentes tipográficas para satisfacer las necesidades de textos muy especializados. En un principio no contábamos con equipos propios, de manera que recurríamos a la maquila. No fue sino hasta 1986 que incorporamos equipos de cómputo e iniciamos nuestra apasionante carrera tecnológica. Poco menos de diez años después de nuestra fundación, adquirimos los primeros equipos de impresión digital. Nos tocó abrir camino, pues nadie creyó en lo que hoy es ya una herramienta fundamental: la impresión bajo demanda. No sólo mantuvimos nuestra idea fundacional, la de brindar servicios editoriales integrales, sino que fuimos ampliando nuestros ejercicios al grado de crear la Librería del Ermitaño. Con eso, nos convertimos en una empresa que cubría de cabo a rabo la cadena del libro. Hoy, nuestro sistema solariego cubre todo el espectro, desde el autor hasta el lector. Con la alianza internacional que hemos forjado, hoy ofrecemos a los editores incluso la distribución de libros sin fronteras. Larga es nuestra historia y ya la contaré en detalle. Por lo pronto, hoy brindo por todos aquellos que han hecho posible este conjunto de proyectos. Mencionarlos a todos sería imposible en este momento. Pero les estoy muy agradecido. Haber sido parte de Solar en algún momento de la historia no es poca cosa. Y haber contado con tantos, cientos de personas, miles de talentos a lo largo de estos 33 años, que se traducen en más de doce mil días, ha sido un privilegio. Gracias, muchas gracias.