Hoy Solar y Ediciones del Ermitaño cumplen 31 años de una existencia llena de historia y de historias, por lo cual brindamos chela en mano. Curiosamente comenzamos y terminamos en la colonia San Pedro de los Pinos, pues nuestras actuales oficinas se encuentran en la misma calle, a unos metros de donde estuvieron las primeras. Donde se yergue mi ex estudio de fotografía, y que hoy lo ocupa nuestra nueva laminadora automática que pronto estará acompañada de equipos de impresión digital, estuvo la imprenta de Acevedo, que trabajaba con el señor Caballero, dueño de “Cuadratín y Medio”, donde produjimos los interiores de muchos de nuestros primeros libros. Las oficinas iniciales de Solar las compartíamos con Arlette de Alba, que se dedicaba a la fotocomposición y que nos apoyó en la elaboración de muchos de los libros que produjimos en aquellas épocas. En esas mismas oficinas, en un espacio que le cedimos, Humberto Musacchio trabajaba en su diccionario enciclopédico, razón por la cual me incluyó e incorporó varias entradas dedicadas a la traducción. A un lado estaba la guarida de Victoria Schussheim, traductora y editora que se casó con Pedro Fernández Miret que llegó a México en 1939 en el barco Sinaia junto con muchos otros refugiados españoles. En los espacios solariegos Felipe Garrido daba vida a libros y colecciones, y Rafael López Castro, a maravillosos diseños de libros y carteles que produjimos en Imprenta Madero. A unas cuadras de nuestra oficinas, sobre Primero de Mayo, también en San Pedro de los Pinos, estaba Redacta, la empresa de tipografía y diseño que fundó Antonio Bolívar en 1974 y cuyo prestigio trascendió fronteras. Muchos proyectos transitaron entre Solar, Madero y Redacta. Fueron épocas peculiares, donde no faltaba trabajo; si acaso, capacidad para sacarlo adelante en tiempo y forma. De entonces para acá las historias se fueron acumulando. Quizás podríamos decir que han sido años de aventuras y desventuras editoriales, lo que implica búsquedas literarias, aciertos, fracasos, experimentación, innovación, internacionalización. Seguimos siendo una empresa orgullosamente mexicana, tecnológicamente innovadora y totalmente independiente, lo que no nos impide hacer alianzas. Hasta con mi hija, que hoy encabeza con peculiar enjundia muchos de nuestros proyectos. Brindemos pues por estos 31 años. Han sido significativos para la industria editorial y de la artes gráficas en México y en el mundo. Somos una pequeña parte de su historia. Y lo seguiremos siendo.