Curiosas son sin duda algunas de las parábolas del libro. Si bien es amplio el mundo de los profesionales que a él se dedican, por otro lado encontrar esa fauna, la de los “profesionales”, no es tarea fácil. Hay muchos advenedizos que ignoran más de lo que saben (bueno, esa es una verdad de perogrullo: todos ignoramos más de lo que sabemos). Es decir, hay muchos que creen saber, o fingen saber para navegar en este difícil mundo de letras, papeles, bits y bytes. Mi amigo Rafa pertenece a esa extraña fauna de jóvenes que saben y, paso a paso, sorprenden. El lo ignora, porque se siente hoy más viejo, pero es insultantemente joven. Hoy cumplió 39 años y siente que ya se le está yendo el avión. Para festejarlo nos invitó a Xiluén, a Noemí y a mí a comer unas gigantescas hamburguesas aquí cerquita, en San Pedro de los Pinos. Nos propusimos tomarnos una foto conmemorativa, pero el ácido estresante en que nos encontramos algunos nos hizo olvidarlo. Pero aquí, en las escaleras que conducen a mis oficinas, recordamos el pendiente. Y nos tomamos la foto. “Me debes unas fotos, cabrón”, me dijo Rafa al marcharse. Y es cierto. Le prometí regalarle unas fotos de mis series eróticas impresas en papel de algodón con motivo de su aniversario. Ya lo haré más adelante porque hoy descubrí con tristeza que una de mis carpetas, en que atesoraba unas fotos que produje para una exposición y de donde pensaba tomar las que le iba a obsequiar, sucumbió ante el embate de la humedad. Para qué les digo cuánto capital de trabajo está allí echado a perder. Gajes del oficio. Lo analógico sucumbe tarde o temprano. Bueno, en realidad todo y todos sucumbiremos tarde o temprano, cosa que al Universo le tiene sin cuidado. Por lo pronto, me dio gusto festejar a mi amigo. También me habría gustado agasajar a mis cuates Lourdes Epstein y a Arturo Ahmed, chamacos latosos que rebosan de energía y proyectos y que también anduvieron festejando su rozagante juventud. Grande, aunque no fácil, pinta el resto del año editorial en México y el mundo. Habrá mucho de qué hablar en lo que queda del año. ¡Un dos tres por mí y por todos mis compañeros! ¡Salud!