El libro y la lectura: Al infinito y más allá…

Y que se me ocurre el título siguiente: “Coloquio sobre el futuro del libro: Al infinito y más allá”. Y que le vamos añadiendo subtítulo: “Recomponiendo nuestra cosmovisión sobre el (in)cierto futuro del libro y la lectura dándonos un baño de realidad”. Y que nos gusta a todos… Así que ansina nos la seguimos. Estábamos un poco desperdigados, lo confieso. Pero algo así suele suceder cuando te sabes en manos amigas y andas un poco cansado por el trajín del día. Se trataba de la reunión mensual de La Tertulia Editorial, cuyo propósito central era organizar el Segundo Coloquio sobre el Futuro del Libro, que tendrá lugar en abril en la Ciudad de Zacatecas. Armaremos tres mesas redondas. La primera se titulará previsiblemente “El caos (primero fue la palabra)”; la segunda, “Reordenando el hoy (entre la realidad y la utopía)”; y, la tercera, “Vislumbrando el futuro (¿La muerte del libro?, ¿El Apocalipsis?)”.  Curiosamente, estos mismos temas se prestaron para organizar los talleres que impartiremos Julián Romero, Alejandro Ramírez y yo en COLIME 2014, que se llevará a cabo en Veracruz. Por otro lado, Jesús Anaya propuso organizar un seminario archirecontramegasuperchingón este mismo año con varios ponentes provenientes de Estados Unidos y Colombia. Así que estaremos buscando patrocinios y participantes. La velada estuvo marcada por la tristeza por la muerte del filósofo y profesor universitario Luis Villoro. Jesús nos contó varias anécdotas en torno a la vida de Luis, padre de Juan Villoro (ambos miembros de El Colegio Nacional), muy memorables y novelescas. ¡Jesús es una maravillosa e inacabable madeja de historias fascinantes! Al terminar, me propuse, como suelo hacerlo, compartir una nota breve sobre el encuentro. Sin embargo, al subir, ya tarde, a mi oficina, me encontré tal cantidad de pendientes, que no pude redactar el texto. Además, como a esas horas despiertan en España, varios amigos me abordaron via Skype. El Pichicuaz, que aún no entiende la aversión que Vicky le profesa, se la amaneció conmigo. Prietita sufrió, por la mañana, las consecuencias.