Hoy dediqué parte de mi tiempo a revisar pruebas de las fotos que estarán expuestas a partir del jueves en el Centro Cultural Futurama, en la Colonia Lindavista. Curar una exposición no es cosa fácil. Producir las obras que la compondrán, tampoco. Menos cuando no es esa tu única actividad. En medio de infinidad de labores propias de un inicio de año editorial, celebramos una obra de teatro en la casa y aceptamos participar en dos exposiciones, una individual, en el Futurama, y otra colectiva, en el CEMUART, en Tlalnepantla. La obra para este segundo espacio ya la tenía producida: se trata de diez fotografías de .95 x 2,40 metros, un formato inusual que suelo usar en algunos espacios. Las fotografías corresponden al proyecto “La escritura y el deseo en Jalisco”. Para la individual elegimos fotografías de un ejercicio de exploración del desnudo que vengo llevando a cabo desde hace casi veinte años, y que titulo de manera genérica “Morfosintaxis del Desnudo”. Se trata, también en este caso, de fotografías de gran tamaño, treinta en total. El espacio donde serán expuestas es grande, de manera que espero que luzcan como lo tenemos pensado. Por lo pronto ya hay mucha gente estresada. Alvaro Sandoval y Jaime Martínez, que me invitaron a participar y tienen que montar mañana ambas exposiciones, Noemí, que me ha estado apoyando con los pormenores, y Beatriz, que en medio de su inacabable cúmulo de responsabilidades tuvo que asumir esta. Pero la adrenalina que está fluyendo en estos días no es nada comparable con la que produce nuestra participación en la FIL de Guadalajara. En fin. En medio de todo nos estamos divirtiendo. Después de la tensión, viene el orgásmico desahogo que nos conducirá, una vez más, a la relajación. ¡Los esperamos en la expo! (En la foto, tomada por Noemí, estamos revisando pruebas con Paco y Mónica en los talleres de Solar/Ediciones del Ermitaño).