Mientras Apple presentó hoy sus nuevas Macs y iPads, está por concluir en Panamá el I Congreso Internacional de le Lengua Española. Estos dos acontecimientos aparentemente disociados coinciden en muchos sentidos. En Panamá, los académicos incorporaron de una manera mucho más abierta la idea del cambio de era que estamos viviendo. Los discursos comenzaron a alejarse del clásico lamento por lo que va quedando atrás para abrir la reflexión a lo que está emergiendo y a las oportunidades que representa. Ya no se dio tanto la negación, nunca ausente por supuesto, sino sobre todo el cuestionamiento: ¿qué hacer ante este presente lleno de cambios cuando las carencias son tan evidentes y los retos tan enormes? Allí es donde encajan no sólo los anuncios de Apple, sino también otras tendencias presentes en el terreno científico y tecnológico. Por un lado es evidente que no falta capacidad de innovación y mejora. La nueva iPad air, más delgada y ligera a la vez que más poderosa, muestra cómo lo que se necesita en el terreno tecnológico es tiempo para que lo que hoy vemos siga madurando y perfeccionándose. Hace poco más de una año aburrí a mis alumnos cuando les mostré una lenta disección de una iPad. Lo que les quería señalar era la aparente simplicidad de los “fierros”, donde buena parte del espacio lo ocupaban las baterías. Todos estos componentes tenderán a miniaturizarse, les dije, y su fabricación a masificarse y a abaratarse. Es cosa de tiempo. Y así, el tiempo lo está poniendo de manifiesto. Cuando salió la iPad mini, muchos criticaron que careciera de pantalla retina. Analistas señalaron que eso se debía probablemente a una incapacidad momentánea de fabricar la cantidad de pantallas en el poco tiempo en que están aflorando las nuevas opciones. Era cuestión de tiempo que todos los equipos estuvieran provistos de pantallas de cada vez mayor resolución. Estamos en una época realmente fascinante en que a diario se dan novedades que parecieran de pronto cambiar las reglas del juego y abrir nuevas expectativas. Hace poco, un grupo de empresas noruegas anunciaron un proyecto beta para la fabricación de tabletas con pantallas a color basadas en tinta electrónica (e-ink) alimentadas por energía solar. Es decir, equipos que jamás tendrían que ser conectados a fuentes de energía eléctrica. Pero, un momento: ¿te das cuenta de que la iPad entró al mercado hace menos de cuatro años? Hoy a muchos podría parecerles que siempre ha estado presente. Pero no. Seguimos en los inicios de una evolución revolucionaria de la tecnología. Un tema que va de la mano con esto es el del cambio en los paradigmas de escritura y lectura. Ya hay quienes plantean la necesidad de redefinir estos conceptos (yo entre ellos desde hace años). La evolución de la lengua es explosiva. De 1950 al 2000, el inglés duplicó su corpus lingüístico. ¡En 50 años!