Palabras de Alejandro Zenker en la presentación en el Palacio de Bellas Artes
21 de agosto 2003
Muchas gracias por acompañarnos en esta presentación del libro de Jorge Herralde, editor a quien admiro por muchos motivos. Primero y antes que nada, porque levantó su editorial, Anagrama, desde los cimientos, como editor de radical independencia, crítico de los grandes tiburones de la industria editorial, de sus tendencias a devorar el mercado y despojarlo de la riqueza que sólo la diversidad prodiga, pertinaz defensor de la lógica cultural versus la lógica comercial de las grandes concentraciones editoriales, luchador incansable por la libertad de expresión en la España franquista y sobreviviente de los vaivenes del mercado y de las tendencias canibalescas de las grandes corporaciones editoriales en un mundo cada vez más globalizado.
Pero también merece reconocimiento porque ha sabido esgrimir la palabra para llevarnos a las entrañas del quehacer editorial, de las reflexiones, de los caminos que recorre un editor que a paso seguro ha ido construyendo uno de los catálogos más impresionantes e importantes en lengua española. Así, este editor, de quien tenemos tanto qué aprender quienes ejercemos la misma profesión, se ha convertido en autor que hoy nos ofrece su nueva obra: Flashes sobre escritores y otros textos editoriales que Ediciones del Ermitaño tiene el orgullo de presentar en el marco de la colección “Yo medito, tú me editas” de Minimalia.
Hace poco menos de un año tuve el gusto de conocer a Jorge Herralde en la FIL de Guadalajara, en la que recibió el premio al Mérito editorial. Presentábamos entonces el primer número de nuestra revista Quehacer Editorial, publicación especializada en abordar los temas relacionados con las ciencias del libro y los procesos y hábitos de la lectura, y Jorge nos acompañó, visitó nuestro stand y conoció nuestro catálogo.
En 2001 habíamos lanzado una nueva colección: “Yo medito, tú me editas”, cuyo primer volumen se tituló El libro y las nuevas tecnologías. La idea era, precisamente, crear un espacio para que los editores tomaran la palabra. Ya desde entonces estábamos impulsando la idea de crear una institución dedicada a la investigación, a la docencia y a la difusión en materia de las ciencias del libro y los hábitos de lectura. En Solar y Ediciones del Ermitaño creemos que es impostergable trabajar por la profesionalización del medio editorial. Por eso creamos esos dos eslabones, la revista y la colección especializados en temas editoriales, a los que habría de seguir el tercero y más importante: el Instituto del Libro y la Lectura, cuya presentación formal haremos en septiembre de este año.
El caso es que a Jorge Herralde le gustó la idea de que su libro apareciera en el marco de esa colección. Así nació Flashes sobre escritores y otros textos editoriales, que hoy presentamos.
Al margen de este contexto, hay que destacar que el libro de Jorge Herralde aparece en una editorial pequeña e independiente, como lo es Ediciones del Ermitaño, división editorial de Solar, cuyas ediciones se imprimen con tecnología digital, en tiros cortos, de acuerdo con las necesidades, abriéndose arduamente espacios en librerías y puntos de venta, sin posibilidad alguna de acceder a las empresas dedicadas a la distribución, porque éstas sólo tienen ojos para los tirajes grandes o, mejor, llamémosles “convencionales”.
Por eso estamos creando nuestros propios paradigmas tanto de producción, como de distribución, venta y difusión. De tal suerte, como editores independientes, esperamos la indulgencia de quienes nos sufren, y la avidez de quienes nos leen. El quehacer editorial es eso: una secuencia de erratas que pulimos a lo largo del proceso editorial, hasta que logramos, con cariño, con esmero, que la obra llegue al lector lo más pulcra posible, de manera que su lectura se convierta no sólo en un gozo literario, sino también estético.
Espero que todos ustedes, y muchos más que hoy no nos acompañan en este recinto, degusten las palabras de un sibarita de las letras y del quehacer editorial, de un maestro de las artes del libro y de un personaje de gran sencillez, que igual viste de elegante traje, que nos acompaña en el guateque a unos pasos de la Plaza Garibaldi, en el Bombay, brindando con tequila, bailando salsa y saboreando el pulque. Porque Jorge Herralde es, ante todo, un hedonista comprometido con la cultura, el libro y la lectura.