La escritura y el deseo, en una nueva colección erótica

Por: Sandra Licona

(Publicado en la Crónica: 14 febrero 2003)

Una modelo desnuda, un fotógrafo y un autor o autora juegan a la escritura y el deseo, a darle forma a la literatura del cuerpo y al cuerpo de la literatura. Alejandro Zenker Hackett, director de Solar Servicios Editoriales y de Ediciones del Ermitaño, lleva la batuta, la cámara al ojo. Su propósito: consolidar una serie de libros eróticos, ya sea de poesía o narrativa, donde se conjuguen literatura e imagen.

En la calidez de su oficina, el editor confiesa su pasión por la fotografía y como ésta lo puso en contacto con una serie de escritores a quienes les propuso llevar a cabo “La escritura y el deseo”, proyecto que en una primera etapa consistía en retratar a un autor o autora junto a una modelo desnuda, Leda Rendón.
“Quería fotografiar a cuanto escritor, narrador o poeta, hombre o mujer, se nos cruzara en el camino, para publicar posteriormente una enciclopedia de los erotómanos en México, pero el proyecto fue generando otras expectativas porque incluso escritores de otros países se interesaron en el mismo”, cuenta Zenker.
En el transcurso de las sesiones fotográficas, dice en entrevista, se les ocurrió que los autores podrían escribir algo a partir de la experiencia de ser retratados junto a una mujer desnuda. 
“Al principio pensamos que sólo surgiría una reflexión acerca de la sesión misma, a fin de cuentas que un escritor acepte entrar a un estudio fotográfico con una mujer desnuda, dueña de su cuerpo y de su plasticidad, es algo inédito, muy raro, pero los propios autores propusieron otro tipo de escritura y que ésta apareciera en forma de libro, dialogando con las fotografías”, agrega.
Se puede decir, asegura, que “La escritura y el deseo” es un trabajo donde convergen el lenguaje literario y el lenguaje fotográfico. “Leda es una estudiante de teatro en la universidad, una mujer muy fotogénica y el proyecto no se entendería sin el talento que ella despliega en el manejo de su cuerpo”.
Hasta la fecha Zenker Hackett ha fotografiado a cerca de 37 escritores junto a Leda, entre los que destacan Poli Délano, Alberto Ruy Sánchez, Huberto Batis, Alí Chumacero, Juan García Ponce, Natalia Toledo, y Rafael Pérez Gay, entre otros.
Sin embargo, ya son cuatro los títulos que han materializado Alejandro Zenker, Leda Rendón e igual número de autores: Muñecas rotas, de Hernán Lara Zavala; Flor de un sólo día, de Edmée Pardo; Batallas de amor, de Gustavo Sainz; y La huella del grito, de Alberto Ruy Sánchez, los cuales se presentarán en el marco de la XXIV Feria Internacional del Libro del Palacio de Minería.
La fotografía que realiza el director de Solar Servicios Editoriales y Ediciones del Ermitaño es en blanco y negro, y lo que busca, esencialmente, son fuertes contrastes, claroscuros muy marcados. “Esto nos permite llegar a interesantes grados de abstracción”.
Y pone dos ejemplos: “En el caso de la sesión con Alberto Ruy Sánchez, él no quería aparecer como un retratado más, deseaba conjuntar su cuerpo con el de Leda y hacer figuras abstractas. Natalia Toledo, por su parte, prefirió también posar desnuda; en el caso de Hernán Lara Zavala, él ya traía en mente una serie de ideas y el trabajo de Leda las refleja muy bien”.
Van a surgir, concluye Alejandro Zenker, toda serie de textos donde el erotismo está implícito, en los que será visible la literatura del cuerpo y el cuerpo de la literatura: “El proyecto está motivando a varios autores a retomar la escritura desde otro punto de vista”.

La experiencia de Gustavo Sainz.

Para Gustavo Sainz, la modelo Leda Rendón, con la que posa en una sesión fotográfica, y cuyo resultado forma parte de su libro Batallas de amor, “representa desde la otredad, hasta la página en blanco, el deseo, la inspiración, lo que está por hacerse, la imaginación y mil ochocientas cosas más”. 
El primer escritor que fotografió Zenker, recuerda el propio Sainz, fue a Juan García Ponce: “Yo miré esas fotos y me impresionaron mucho, y por azar, aunque ya habrás oído que Freud no creía en las casualidades, fui el segundo escritor fotografiado, al borde, como sabes, de casi todo, la moral de los partidos políticos, la de la iglesia, la de la familia tradicional, la de las restricciones”. 
Hizo un texto, cuenta, que es más bien una sucesión de párrafos y citas “sobre la interacción de hombre-mujer, sobre la pasión, que otros llaman deseo, sobre el amor, que según Lacan no existe. Imagínate, Lacan dijo que amar es dar algo que no tienes a quien no lo necesita”.
“Ya impreso el libro —concluye— me fascinó lo que sucede. El resultado es una bella transgresión a lo establecido, a la mojigatería imperante, al mal gusto”.

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