Primer Aniversario de la Librería del Ermitaño: Crónica breve…

Ayer festejamos el Primer Aniversario de la Librería del Ermitaño. Nuestros amigos encuadernadores y artesanos así como calígrafos llegaron puntuales a la cita y ocuparon la esquina entre Calle Dos y Primero de Mayo en San Pedro de los Pinos con su espléndida oferta entre la que se encontraban libretas encuadernadas manualmente en piel, tela y papel, tintas, papeles marmoleados y estampados, así como herramientas que usan para darle vida a su pasión y oficio. Mientras dábamos últimos toques al espacio, con la ayuda de Don Pedro, Don Piña, su hijo y nuestros demás colaboradores, comenzaron a llegar vecinos y amigos, así como escritores, bailarines, músicos, dramaturgos, cuenta cuentos, en fin, toda esa maravillosa fauna que convocamos a celebrar con nosotros un año de vida de este proyecto que va a contracorriente, que busca generar un nuevo modelo para acercar libro y lectura a todos. Pese a los contratiempos y las dificultades, Noemí no perdió la calma ni el entusiasmo y sacó todo adelante con esa energía desbordante que la caracteriza. Lo que iniciamos a la una de la tarde terminó a las tres de la madrugada. Nos dio un enorme gusto que ninguno de los convocados faltara, y que llegaran a festejar con nosotros más de los que habíamos pensado. Todas las actividades contaron con un público entusiasta y atento. Desde niños, adolescentes, adultos y personas de la llamada tercera edad. Brindamos todo el día con mezcal zacatecano que ofrecimos gratuitamente a todos los que llegaron, así como agua de jamaica para los niños. También repartimos infinidad de dosis de Ermiesquites con chile piquín, limón, mayonesa y queso cotija. Pero lo más importante fue la dosis de abrazos que fluyeron con singular alegría. La lluvia, que tanto temíamos, llegó por la noche e hizo que nos replegáramos, pues es enemiga jurada del papel. La lona que habíamos puesto sirvió una pura y dos con sal. Pero en las carpas siguieron las actividades. Nuestro querido Saúl Ibargoyen leyó allí sus poemas ante un público fiel que seguía sus palabras en medio del aguacero y los truenos. Acuñó la frase de la noche: “Tengo la impresión de que no tengo un público cautivado, sino cautivo”, dado que con la lluvia nadie podía retirarse so riesgo de acabar empapado. Pero nadie pensaba en eso. Habíamos comenzado con teatro infantil, con la compañía Luna-Teatro, seguimos con el ingenio de Alberto Chimal y Raquel Castro, siempre solidarios y presentes, luego con el Trío Huasteco, que por cierto improvisó unas sabrosas coplas para la librería. Espléndido estuvo también el Chino Trovador, Gerardo Ubaldo, al que siguió la danza flamenca de Christian Cadengo. Tomó el micrófono entonces Arón Gilbert, que leyó pasajes de su libro “El último sobreviviente”, y arrancó lágrimas a más de uno. Fue allí cuando comenzó a llover. ¿Lágrimas por los fallecidos en los holocaustos, tanto en la II Guerra Mundial como en nuestro México regado de sangre? Saúl Ibargoyen, al leer sus poemas, hizo alusión precisamente a la lluvia y a este Mexico City tan traqueteado. Y así, entre truenos y lágrimas del cielo tomó la palabra Mariluz Suárez, que nos ofreció su monólogo “Maura”. Terminamos esa parte con las declamaciones de Miguel Blumenbach acompañado del laúd turco de Aldo Flores. Empapado como estaba yo de pies a cabeza, le sugerí entonces a Noemí trasladar el resto del programa a la Terraza del Ermitaño, a poco menos de media cuadra de la Librería. Y eso hicimos. Rápido organizamos el escenario donde Javier Nieto y Selene Pineda nos ofrecieron una exquisita lectura dramatizada a la que le siguió el jolgorio sabroso y alegre de nuestros talentosos amigos de Atletia, que calentaron ánimos y espíritus al calor de los mezcales que siguieron fluyendo sin cesar. Es difícil reseñar lo que vivimos en este primer aniversario en unos cortos párrafos. Encuentros, reencuentros, descubrimientos y redescubrimientos. Infinidad de agradecimientos. Creo que vamos por buen camino. Hace un año, en estas latitudes casi nada ocurría. Hoy, San Pedro de los Pinos no sólo cuenta con una librería, sino con un nuevo centro cultural que está creando poco a poco una nueva dinámica y que busca vincularse con todos los actores de la colonia, de la delegación y de la ciudad, y que cada vez encuentra más eco a nivel nacional e internacional. Quizás lo que nos caracteriza no es tanto lo que hacemos, sino sobre todo la intención, la idea, el proyecto que está detrás. Estamos calentando motores. Muchas cosas buenas están por venir. Más, muchas más, si nos acompañas. ¿Te apuntas?…