Regreso del diplomado en procesos en la edición de libros. Repasamos todo el itinerario de rigor: desde Gutenberg hasta la fecha. De rapidín. Les llevé muestras de tipo móvil y linotipo. Les mostré una galera de tres metros de largo de fotocomposición. En un maravilloso viraje sorpresivo, Sandra llevó unas muestras de cartones “pastetopeados” de los años 50 y 70 que encontró y que siempre describo sin originales en la mano. Expliqué cómo surgieron nuevas tecnologías, de la composer y la fotocomposición a los programas de cómputo. Nos dimos una vuelta por los inicios de lo que hoy vivimos, de cómo a principios de siglo presentamos en la FIL de Guadalajara toda la tecnología que hoy revoluciona al medio. Nos fuimos sobre temas como bibliodiversidad, inmigrante y nativo digital. Expliqué cómo se ha dado la inmensidad del corpus bibliográfico de más de 130 millones de obras que hoy no encuentra espacio, por qué las características físicas del libro papel se convirtieron en su principal obstáculo para su desarrollo, y cómo es que hoy el español tiene una oportunidad única de abrirse un espacio inimaginable apenas unos años atrás. Hablé de los más de 500 millones de hispanohablantes en el mundo y del Big Data. Di una muestra de lo que es una simple migración de contenidos del soporte papel al electrónico, y expuse ejemplos de los diversos tipos de ciberliteratura que han emergido hoy en día. En fin, traté de sintetizar en solo dos sesiones algo de lo mucho que está sucediendo en esta época de transición. Al explicárselo al Pichi, opinó que debe de haber sido aburridísimo el rollo. A veces pienso que sí, porque a lo mero mero apasionante no logramos llegar…